John Bisbee ha pasado casi 30 años de su vida soldando y forjando clavos de 12 pulgadas para convertirlos en asombrosas obras de escultura. Esto podría sonar como una dedicación poco apropiada, pero espera a ver lo bonitas e impresionantes que son sus esculturas.
Bisbee se guía por este mantra: «Sólo clavos, pero siempre distinto». Esto se hace notar claramente en su trabajo, ya que este aparentemente simple y limitado componente ha dado lugar a cientos de usos creativos distintos, muchos de ellos llegando a ocupar una pared o una habitación entera.
Esta fascinación por los clavos comenzó cuando estaba buscando piezas metálicas para usar en sus esculturas. Le dio la vuelta a un cubo lleno de clavos oxidados, y se dio cuenta de que estos mantenían la forma del cubo que los había contenido. Este hecho le fascinó, así que se puso a explorar este descubrimiento ¡durante las siguientes 3 décadas!
Más información en: johnbisbee.com (via: colossal)
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