Las construcciones más espantosas que desearíamos poder quemar hasta los cimientos

Según Melonie Bayl-Smith, profesora asociada de UNSW Built Environment, la arquitectura de hoy en día sufre de un “síndrome de originalidad”.

“Cuando los arquitectos intentan hacer algo completamente original, eso no significa que necesariamente construyan un edificio mejor”, dijo, agregando que la originalidad no es necesariamente el mejor valor que puede tener un arquitecto.

“En algunos casos, he visto que la arquitectura de hoy en día se ha vuelto una práctica basada en la forma, usualmente a expensas de la calidad del espacio o de otros aspectos cruciales en ella. Ya no importa si responde a cuestiones que tengan que ver con el lugar o las personas: parece que solo se busca que se vea diferente”, dijo Bayl-Smith.

La profesora argumentó que crear un producto bien pensado es mucho más importante que construir algo que sea novedoso.

“Creo que nosotros, en nuestra profesión, tenemos que hacer un mejor trabajo al reconocer lo que funciona bien y desarrollar y enriquecer esos enfoques, ya sea que se trate del diseño del espacio o de los materiales, del proceso de ensamblaje de edificios o de prácticas sustentables. Todas estas cosas contribuyen a hacer un buen edificio que sea duradero”, dijo. “Ya existen bastantes edificios mal construidos, no necesitamos ‘inventar’ más solo para ser ‘originales’”.

Existen algunos conceptos básicos de arquitectura que explican por qué ciertos edificios se ven extraños. Primero, debemos mirar su masa.

“La masa primaria es la forma más amplia de una construcción. Las masas secundarias son las formas adicionales que componen la fachada de un edificio”. Así, si existen demasiadas masas secundarias, la casa no tiene un concepto y se ve bizarra. Además, las construcciones requieren un balance. Las casas que se ven bien suelen ser simétricas o asimétricas. Cualquier otro tipo de diseño podría resultar en techos u otros elementos arquitectónicos que no encajan unos con otros.