Esta peluquera cuenta algunas de las anécdotas más raras que ha visto en su peluquería

A esto lo llamo mi primer desastre y primera leción. Solo había hecho mechas unas 4 o 5 veces, pero esta chica vino y me dijo que lo quería todo rojo. A mi yo de 20 años no le pareció mala idea, así que me dispuse a pasarla de rubia a pelirroja. Hice exactamente lo que quería, le encantó y me dio un abrazo. Al día siguiente mi jefa me dice que la clienta está furiosa, qué por qué la teñí de rojo si ella quería rubio, que quiere que se lo arreglemos y que yo no me acerce a ella. La muy perra cambió de idea y me echó la culpa, porque a su novio no le gustó. Las rubias están locas y yo aprendí la lección. También soy rubia.

Llevo 20 años siendo peluquera, y antes las mujeres solían traerme fotos de lo que querían. No sé cuantas me trajeron revistas con fotos en blanco y negro (sobre todo ese anuncio de agua de Jennifer Aniston) y me decían "Quiero ese color". Hoy en día tengo que lidiar con Pinterest y la pesadilla del photoshop y los filtros,

Uno de mis primeros recuerdos como peluquera es lavar el pelo a una mujer con cicatrices quirúrgicas. Había mucha sangre. Y costras. ¿Por qué te tiñer el pelo antes de que se te cure la sutura? Una de las chicas que trabajaba conmigo pensaba que tenían algún cáncer cerebral, y le tuve que explicar que eran liftings faciales. Ahora ya es todo botox y rellenos, y no se ve tanto.

Esta clienta es lo peor. Siempre llega tarde, es muy maleducada y me trata como una sirvienta. Un día estaba al teléfono en la peluquería y empezó a decir: "Ugh, qué día de mierda, me han puesto una multa por aparcar mal y tengo una infección de hongos". Todas nos callamos. No queremos oir los detalles sobre tu vagina, gracias.

La secuencia de eventos de esto fue una locura. Una amiga me llamó por teléfono, contando que se iba en el avión privado de un tipo de negocios de compras a Nueva York, junto con más chicas. Un tipo con mucho dinero. Muchas de esas chicas se acuestan con ellos, pero ella no. Pero quería ir a Nueva York. Más tarde, llegó esta clienta con muy mala cara, y me contó que creía que su marido la engañaba, que ahora estaba volando hacia Nueva York en su avión y ella cree que estaba lleno de chicas. ¿Casualidad? No dije nada, solo escuché. Me sentí mal por ella. Al final se divorciaron, y él y su compañía se fueron a la ruina.

Se llevó el extra al baño, y asumo que se lo puso en el vello púbico. No sé cómo no hizo un desastre y no sé por qué quiso la alfombra a juego con las cortinas, pero no la voy a juzgar. Espero que no se llevara una quemadura química en sus partes.

Me gusta cuando han bebido porque están más relajadas y nos reímos mucho. Normalmente me cuentan que han bebido vino en la comida o cosas así. Las que van al baño y vuelven peor, Me siento mal por ellas porque tienen un problema, pero quieren que les arreglen el pelo y oye, alguien tiene que hacerlo. Además, seguro que tu peluquera también se ha emborrachado y no nos sorprenderemos si nos cuentas que has esnifado coca en la tapa de un retrete.