20 Famosas que revelaron haber abortado cuentan sus experiencias

Estoy muy agradecida de haber podido acceder a un aborto seguro y legal. Debido a que mi abusador sexual es de Kentucky, al igual que yo, y que reside en Tennessee, tiene derechos de paternidad tanto en Kentucky como en Tennessee. Yo habría tenido que compartir la custodia con mi abusador.

Me enteré de que estaba embarazada cuando tenía 14 años (no me venía mi periodo). No hablé de eso con nadie porque entré en pánico. Me senté en la bañera mientras bebía esos menjunjes de los que hablan las chicas. Era algo como whisky Walker Red con un poco de cloro, alcohol, bicarbonato de sodio —que probablemente me salvó el estómago— y una especie de crema. Me sentí terriblemente mal, pero en ese momento tenía más miedo de tener que explicarle a alguien lo que me pasaba que de ir al parque con una percha, que es lo que hice.

Cualquiera que quisiera abortar [a principios de los 70] tenía que conseguir la aprobación de un comité hospitalario, es decir, explicarle a un grupo de desconocidos por qué creía que el embarazo iba a “perjudicar gravemente” su salud física y mental. El hecho de tener que argumentar ante una docena de personas por qué necesitaba abortar sigue siendo una de las experiencias más degradantes de mi vida.

Nuestro especialista en neonatología nos dijo que el cerebro del bebé no crecía y que tampoco lo hacían sus huesos. Nos dijeron que el embarazo no llegaría a término y que mi vida corría peligro al seguir esperando. Por eso, tuvimos que interrumpir el embarazo.

Marlon me llevó al hospital y tuve lo que dijeron que era una “interrupción del embarazo”. El médico no hizo nada más que hacerme sangrar. En otras palabras, lo hizo mal y, en ese entonces, yo no lo sabía, pero podría haber muerto. Qué desastre. Qué desastre tan espantoso.

La mayoría de las cosas de las que hablo [en las letras de mis canciones], sí, son ciertas. Hablo del dolor de estar embarazada y de tener un aborto. Hablo de cosas por las que han pasado las mujeres y por las que no creen que yo haya pasado.

Aborté en octubre del año pasado mientras estaba de gira. Fui a Planned Parenthood, donde me dieron una pastilla para abortar. Fue fácil; todo el mundo merece tener acceso a esto.

He abortado y apoyo este movimiento. No me avergüenzo por eso y nadie debería hacerlo. El hecho de que el 60% de las que deciden abortar ya sean madres dice mucho. Ellas entienden lo que nadie entiende. En mi caso, yo había tomado anticonceptivos y me fallaron.

Tuve un parto prematuro y me dijeron que tenía que estar despierta durante todo el proceso. Fue una de las experiencias más horribles por las que he pasado y todavía tengo pesadillas por ello. Estaba sola e indefensa. Cuando pienso en el hecho de que las mujeres tienen que enfrentarse a abortos en condiciones aún peores a las mías debido a las nuevas leyes, se me revuelve el estómago.

En ese momento supe que no estaba preparada para ser madre, así que opté por abortar. Yo lo elegí, fue mi decisión y fue la elección correcta.

Aborté cuando era joven y fue la mejor decisión que he tomado, tanto para mí como para el bebé que no quería tener y para el cual no estaba preparada emocional, psicológica y económicamente. Muchos niños terminan en hogares de adopción y con la vida arruinada.

Por supuesto, la idea de que yo tuviera un hijo y lo criara sola a esa edad, cuando ni siquiera podía orientarme bien de noche, era ridícula. Mis padres entendían lo que yo pensaba, así que actuaron como verdaderos padres por primera vez en mi vida y me llevaron a Planned Parenthood.

Tuve un aborto en 2012; fue una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar y hasta el día de hoy pienso en ello. Pero esto no hace que me arrepienta: fue la decisión correcta para mi vida de ese momento. No tengo dudas al respecto.

Estar embarazada es lo más aterrador que te puede pasar en la vida. En la secundaria, supe que no estaba preparada ni para luchar, ni para lidiar con eso.

Mi vida no era la adecuada para criar a un niño sano y feliz, no me parecía justo. Así que decidí abortar y, como no podía decirle a mi madre que estaba embarazada, tuve que pagarlo yo misma. Tuve que vaciar mi cuenta corriente y pedirle un poco de dinero a mi novio. Siempre he pensado que las cuestiones reproductivas debían ser algo de lo que las mujeres, especialmente, deberían poder hablar libremente. Todavía veo que hay vergüenza y pudor en torno al tema de la interrupción de los embarazos.

Cuando era más joven, aborté. Fue la decisión más inteligente que pude haber tomado, no solo por mí y mi novio de ese momento, sino también por el feto. Tener un hijo en ese momento solo habría perpetuado la situación de pobreza, caos y disfunción en la que nací.

Tan solo era una adolescente y pensé que me iba a morir. Fue lo más difícil por lo que tuve que pasar. Sería contradictorio si dijera que no estoy a favor del aborto. No estaba preparada para eso y no tenía nada para ofrecerle a un niño.

Mi salud mental no podía soportar estar embarazada otra vez, así que tomé la mejor decisión para MÍ y, en definitiva, para mi familia.

Pasé por un aborto porque simplemente no estaba en condiciones, ni financiera ni emocionalmente, como para afrontarlo. Me alegraba y me sigue alegrando haber tomado esa decisión, porque era exactamente eso: era mi cuerpo, mi elección.

El aborto es una experiencia muy privada y personal, como debe ser. Tuve la suerte de contar con un gran médico que me apoyó durante el agotador proceso. Con su ayuda, he podido ser la persona feliz y sana que soy hoy.